domingo, mayo 17

Ansiedad

Empiezo a creer que esta revolución estomacal es una indigestión crónica y no una somatización de todos mis problemas. No puede ser que todavía siga con estas ganas indomables de salir corriendo por Av. Rivadavia gritando que quiero respirar. Estas ganas absurdas de irme a la mierda y dejar todo atrás. Cuanta más fuerza interior tengo para querer arreglar las cosas... más desastre hago con ellas. ¿Por qué soy tan pasional? ¿Por qué soy tan sensible? ¿Por qué es tan fácil lastimarme, cualquiera puede hacerlo, por qué le resulta tan sencillo? ¿Por qué soy tan trasparente, tan vulnerable? Cómo desearía poder tener control mental, la cabeza fría y el corazón congelado. Ser persuasiva, inteligente, astuta. Saber qué decir y cómo actuar para poder manejar a las personas en mi vida como fichas de ajedrez. Dominar y dejar de ser dominada. Que todo me importe tres carajos, que me resbale la gente y su mambos, tener el control del tiempo, nervios de acero. Que nadie me apure, sentir que piso fuerte, sentir seguridad. Un espíritu grande, entero. Estar sólida y entera. Y no así, barriendo tras de mí los pedacitos de mi propio carácter desmenuzado por su indiferencia.



Let it be!

1 comentario:

Anónimo dijo...

que esta pasando den? vos no sos asi