El olor a tierra mojada mezclado con la humedad que se desprende del cemento de la calle, a raiz de tanto calor acumulado por días de temperaturas exacerbadas. La laguna que se forma en mi habitación y la tierra en el fondo de la pileta, por los vientos fuertes que se llevaron recuerdos. Hoy llueve, sí, y como si fuera de mítico poder el agua cae sobre mi flequillo y me quema, me quema porque me hace pensar en tanto y tantos, y reflexiono por inercia sobre todo lo que hice y lo que hago y lo que no puedo dejar de hacer.
Cuando las nubes, mis compañeras, se descargan sobre mi techo me siento con el deber, de aprovechar el momento de frescura que me regalan y consumar el placer de ese fluir de ideas en borrador y hacerlas proyecto. Claro que muchas de ellas quedarán encajonadas en el fichero de pendientes, pero debo reconocer que el alcanzar el poder volutivo y forzoso me eleva hacia la famosa evolución interna de la que vengo hablando, porque me autobasto y controlo, lo que a mi vida concierne, por lo menos en el ínfimo detalle de mi accionar, como forma de expresarme sin cárcelarios civiles, sin nadie que me lo impide pero con el reposo de mis ansias entre LAUreles nuevos y concientes... agradables.
No, si me dí cuenta, que para muchos lectores esto no tendrá sentido. Para mi quizás tampoco. Pero hoy llueve, y me siento triste, porque me duele arrancarme de la piel un ayer en vano, un ayer penoso simultáneo a un recuerdo de juerga y lujuria, de promiscuidad... de libertinaje, de insana pero genuina diversión. Y sentir casi sin opciones, la elección de algo menos peligroso, pero más placentero para una persona que intenta vivir en este mundo y salir sin raspones ni desangramientos, una persona que lo intenta, que lucha contra sus pulsiones sexuales y agresivas para ser como el resto "bueno" y no el resto luciferiano... dejando atrás amigos, dejando atrás amores, sabiendo a ciencia cierta que no es Sor Juana Inés de la Cruz... pero tampoco Madonna... solo es una adolescente con indefiniciones, con miedo a pisar un pozo y no solo esguinzarse si no... no poder salir.
Y si la vereda por la que camino está arreglada por la municipalidad hecha de concretas normas y leyes de vida recta... no me voy a caer... pero si inesperadamente caigo en un pozo, no solo no sabré salir, porque no sé vivir en la actualidad... si no que me ahogaré en agua turbia y embarrada... ¿Saben por qué?... porque HOY LLUEVE.
den+*+
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