Las lágrimas se fueron secando
dejando una salada lámina
sobre su piel de naranja.
Las láminas formaron
despacio varias capas.
Una arriba de la otra, son grises
y brillan, son plateadas.
Las láminas de sal se entallan
se adaptan al cuerpo
de la situación, agustiosa.
Forman un brete, asfixia,
pero luego de contener
4 meses la respiración,
el contenido se vacía
de adentro hacia afuera
se hace polvo
se atomiza el músculo cardíaco,
que de tanto elaborar tristezas,
absorve un poco de aire puro
y se solidifica.
Las láminas de sal crearon
una armadura que,
al terminarse cortó
los códigos de una triste
adolescente de geronta esperanza.
Y ahora gris y fría,
la anciana de 20 muta
en una siniestra e indistinta:
Dama de hierro.
Let it be!
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