domingo, mayo 24

Confusión

Nubes escarlatas,
Neblina matinal,
Garúa rota,
Descocida alborada,
Salir, y no a la calle.
Emerger de un recuerdo,
Amasar con energía
una bola descomunal
¿De qué?
De vacío, gordo y airoso.
Ser, parecer, simular.
Esconderse,
tras un deber ser
para aparentar
desempeñando tareas inútiles,
subsistiendo en la sociedad.
Evitando socializar
consigo mismo.
Franqueza ¡vamos!
Después de usted Conciencia.
Ella sabe que tiene una deuda
en tanto inquilina de un cuerpo
que se exige reaccionar,
para armar rápido huestes
ofensivas más que defensivas,

para que la Muralla China quede
de poroto pintado
al lado de lo que este fuerte ha de proteger:
Un corazón desangrándose
mes a mes.



den+*+

Let it be!

sábado, mayo 23

Hope

Aquí vamos de nuevo, como siempre, como antes... de madrugada. Esta vigilia hace rato que lleva el mismo nombre ¿para qué traerlo nuevamente a colación? Bueno, la cosa es más o menos así. Preservando un poco la intimidad tal como lo indica mi nuevo plan de vida, solo pasaré revista sobre lo que sentí en un plano introspectivo y no lo que realmente sucedió.
Sucede que cuando uno se encuentra profundamente sumergido en una depresión que te nubla los ojos, te hace experimentar una sensación de hinchazón... de estar repleto, hastiado, como si los ojos fueran a salirse de sus huecos y comenzaran a rodar por el suelo... y uno ahí, sin poder hacer nada. La cabeza está aturdida, abombada... los pensamientos no son claros, y focalizar en algo, en cualquier cosa por más pequeño que sea... parece ser más difícil que derretir el oro del techo del Vaticano para acabar con el hambre mundial. Uno se siente, y realmente lo es: un inútil. De pronto nos olvidamos cómo se hacía un café con leche, o ponernos una media, o en caso femenino... cuando delineamos un ojo parece que preparamos el maquillaje para noche de brujas. Uno sigue haciendo las cosas, más aún si tenemos responsabilidades como ir a trabajar a diario... pero descubrís que te cuesta el quíntuple hacerlas. Estás ahí. Caminando por tus piernas conocen el camino, tomando el colectivo porque paró de casualidad... y también es casualidad que un monstruo gigante como el tren no te pise cuando vas cruzando el paso nivel.
Te cansaste. Y si sos como yo -según mi terapeuta- con una personalidad avasallante, necesitás tomar las riendas del caballo asustado, decir BASTA y diseñar el plan perfecto para poder cortar de raiz (o al menos creés poder hacerlo) con el principal problema. Entonces te sentás ahí muy llena de fuerza con una energía promovida pura y exclusivamente por la bronca viceral que te genera el no poder hacer ABSOLUTAMENTE NADA para echar a semejante individuo de tus pensamientos ¿quién coños se cree que es para meterse así en mi cabeza? Y después te sacás un 5 en Método I, con todo lo que estudiaste... no no Y NO. ASI NO. Y taca taca taca los dedos golpéan con fuerza el teclado como si fuera su cara y le mandás un mail de la hostia con toda esa entereza que te gustaría tener. Y te acostás a dormir con la conciencia tranquila (primera noche que te dormís a los 2 minutos de apoyar la cabeza en la almohada, y no después de 2 horas de dar vueltas en la cama desarmándola toda). Al otro día: terapia. Y me encantaría entender por qué el susodicho pasó ¡¡¡de ser victimario a VÍCTIMA!!! Y al final... dejás de sentir compasión por vos misma y te das cuenta que te fuiste al carajo y si ya se pudrió todo.... ¡qué se pudra del todo!
Y sin pensarlo demasiado, tren, 182, 3 cuadras... y una hora de espera porque el señorito no estaba... pasa el sereno -afortunadamente ya me conoce- saludo, todo en orden, y sigo esperando... CUANDO SE BAJA DE AUTO.... Dios mío, de no haber excremento canino detrás mío me hubiera desmayado. Un caramelo. Y de pronto.... "hola" "como estas"... beso. Y el tiempo no había pasado.
Lo miré a los ojos, le compré todo. Le creí todo porque sentí que era una de esas pocas veces que me fue sincero, y estaba entero. De pronto no pasaron mes y medio, de pronto estabamos jugando en la calle como antes. De pronto eramos ezeyden. De pronto me acordé que NO solo así la vida tenía sentido, pero qué lindo condimento son sus besos para ser feliz. Acepté las reglas del juego. Y ahora espero sin expectativas, espero sin esperar nada, no espero llamados ni mensajes ni visitas. No espero citas ni planes ni planteos. No espero charlas ni caricias ni besos. Espero que empiece lo que hace rato tiene que empezar: mi vida con él.

Me fui, y me sentí feliz.

Ahora que lo pienso, no es esperanza lo que tengo, porque solo se basa en su mirada... es fé.







den+*+ (y bardeen todo lo que quieran, estoy disfrutando de ese momento que dudo que se vuelva a repetir).












Let it be!

domingo, mayo 17

Ansiedad

Empiezo a creer que esta revolución estomacal es una indigestión crónica y no una somatización de todos mis problemas. No puede ser que todavía siga con estas ganas indomables de salir corriendo por Av. Rivadavia gritando que quiero respirar. Estas ganas absurdas de irme a la mierda y dejar todo atrás. Cuanta más fuerza interior tengo para querer arreglar las cosas... más desastre hago con ellas. ¿Por qué soy tan pasional? ¿Por qué soy tan sensible? ¿Por qué es tan fácil lastimarme, cualquiera puede hacerlo, por qué le resulta tan sencillo? ¿Por qué soy tan trasparente, tan vulnerable? Cómo desearía poder tener control mental, la cabeza fría y el corazón congelado. Ser persuasiva, inteligente, astuta. Saber qué decir y cómo actuar para poder manejar a las personas en mi vida como fichas de ajedrez. Dominar y dejar de ser dominada. Que todo me importe tres carajos, que me resbale la gente y su mambos, tener el control del tiempo, nervios de acero. Que nadie me apure, sentir que piso fuerte, sentir seguridad. Un espíritu grande, entero. Estar sólida y entera. Y no así, barriendo tras de mí los pedacitos de mi propio carácter desmenuzado por su indiferencia.



Let it be!

sábado, mayo 16

Empty

Vacía.
Puedo sentir un huracán en el estómago
desordenando la perfectamente clasificada información sobre mí. Qué quiero. Qué me gusta. Qué ansío. Y sobre todo, de qué manera conseguirlo. Todo perfectamente organizado y etiquetado. Mis sensaciones enfoliadas, protegidas contra el desastre. Lo vives, lo aprendes. Ese gigante castillo de naipes tan perfecto, puede ser derrumbado con el sutil viento de una ventana naranja titilando en el escritorio de mi pc. Un nombre cuyas letras están en cajas. Cajas como las mías, como mis archivos cada vez más confidenciales. ¿Dejar de ser un libro abierto ayudará? Empecé a dejar de contarle a la gente, de contar con ellos realmente. Empecé a preferir quedarme en casa mirando una serie, o haciendo arrumacos con mi almohada, pasando el frío entre frazadas... y el único calor que recibo es del caloventor, magnífico aparato resultó ser, una excelente compañía que se queda conmigo cuando estudio y cuando lloro.
Me aseo, me peino, me pongo el tratamiento nocturno en el pelo, me exfolio la cara, me depilo, uso cremas hidratantes, blanqueadoras, reafirmantes, etc. Me limo las uñas, las pinto, les pongo reforzador, calcio, etc. Me compro maquillaje, aprendí a pintarme con un tutorial en you tube. Me compro ropa los sábados a la mañana, y zapatos de colores en cualquier oportunidad de oferta que se me cruce entre tantas vidrieras camino a algún lado, o con cada nueva desilusión amorosa: tengo rojos, azules, amarillos, verdes, fuccias, negros, marrones, y por supuesto, carteras que convienen con ellos. Sin embargo duermo con Ernesto todas las noches, me da verguenza que mi remera vea cuán capitalista y consumista me he vuelto... pero la pequeña revolucionaria de 14 años ya tiene 20 y tuvo que acomodarse al sistema.
Así que acá me tiene, codiciando un celular que no puedo pagar, adicta a la tarjeta de crédito... convertida en mi propio blanco de críticas una vez más.
Es difícil reconocerme, pero más aún es hacerme entender por los demás. Estoy sola. Pero hubo un período de tiempo entre los marzo del 2006 y 2009 que no lo estuve. Que sentí contención, que sentí comodidad en los brazos grandotes de otra persona, en la sonrisa de otra persona, en los ojos rasgados de otra persona, en la mirada dulce y brillante de otra persona, en las caricias de otra persona. Respaldo en semejante espalda. Amor en semejantes besos.
Era de esperarse, que alguien que no se conoce, que no pueda reternerse a sí misma, menos pueda aún retener a otra persona.
Hay personas que no saben ser felices, y por eso tampoco, pueden hacer felices a los demás.
Quiero estar sola. Asique este es el plan: dejo de intentar relacionarme con los demás, robotizando la vida. Adios mamá, papá, hermana, tios, abuelos, laura, das, cele, car.
Adios Ezequiel.



Let it be!

domingo, mayo 3

Domingo.

La garganta insiste en asustarse
se cierra seca y dolorosamente
tragas en seco y te cuesta.
Cuesta llevar a cuestas el peso
de los recuerdos fotografiados.
Los instantes de risa y mate,
de perderse en los ojos
del otro, una vez más.
Mirar y mirarse en la mirada
de esa persona ahora cerrada.
Ausente ahora, presente siempre
en cada domingo por la tarde.
Bendita sea la vorágine porteña
cuyo tránsito y escándalo
de guerra contra el reloj,
no le deja tiempo al tiempo
que solo pasa lento
cuando llega el fin de semana.
El pecho también siente miedo
de quedarse vacío de verdad
y empieza achicarse, a aislarse,
a no dejar entrar a nadie
por miedo a que lo vuelvan a dejar.
Obligarse a uno mismo
a prestar atención
a sus asuntos.
Esas ganas de pegarse un cachetazo
de sacurdirse de un trompazo
las penas que lo acobardan
y darle un giro a la vida de nuevo
pisando fuerte, acusando presencia.
Y dejar de andar en cuclillas
por los pasadizos de nuestra propia
vida.



den+*+ (azul casi negro)