viernes, marzo 9

365 días

Fecha: Jueves 9 de marzo 2006

Hora: 17:45

Lugar: Plaza San Martín, 1º banco de la esquina Monseñor Raspanti y La Paz (creo).

Enamorados: Ezequiel Esteban Baratto y Denise Belén Viano.

Edades en ese entonces: Ezequiel 22 y Denise 17.






365 días después.....



Fecha: Viernes 9 de Marzo 2007

Hora: 00:00hs

Lugar: Tu casita, mi casita. En tu patio.

Enamorados: Los mismos.

Edades: 23 y 18.


Y fue hermoso recibir nuestro año con tan lindos besos y tan lindas caricias, y el daikiri que preparaste que estaba riquísimo pero nos olvidamos de brindar... y lo tuvimos que hacer.... brindar con saliva!!!!



Te amo gordo, ojalá pasaras por mi blog y te dignaras a leer algo.

(como sé que no pasás, por eso no me esmero mucho, y le dí más importancia al flog)













jueves, marzo 8

La pausa

Considero que la pausa,
es mucho peor que el escándalo,
es el ojo del huracán
y casi nunca se viste de respiro,
más bien usa, el traje del final.

La pausa es como
el Amén de la extremaunción,
es la profesía en sus páginas,
es el momento de irritación
justo antes que los ojos
se crean obligados a gotear.

La pausa es vacío asfixiante,
es silencio ensordecedor,
el instante de plena ignorancia,
de desconocer y a la vez percibir,
que nada bueno, procede la pausa.

No hay crimen más inhumano,
que ponerle esta cruz
a la magia, a las sonrisas,
porque es la chispa que nos fluye
por las tuberías del alma y hacer eso,
ponerle pausa es venir a invadir
vía alcantarillas y...
dragarnos la vida.
Mejor, Let it be.

miércoles, marzo 7

Anagrama

anagrama.
(Del
lat. anagramma, y este del gr. ἀνάγραμμα).

1. m. Transposición de las letras de una palabra o sentencia, de la que resulta otra palabra o sentencia distinta.
2. m. Palabra o sentencia que resulta de esta transposición de letras; p. ej., de amor, Roma, o viceversa.
3. m. Símbolo o emblema, especialmente el constituido por letras.


Tal vez lo leas
y te reconozcas entre líneas,
o mis anáforas te llamen,
o mis metáforas te nombren,
o mis deseos te elijan
como ingrediente esencial para volar.

Tal vez no, y no lo leas
o no te veas,
o no te sientas nombrado
ni mucho menos requerido,
ni deseado, ni elegido.

Entonces creeme cuando te digo buscame.
Zapateame y rezongame hasta el último lirismo.
Encontrame golpeando las manos frente a tu puerta.
Teniendo la locura sacudiéndose en un pasado.
Ensañada con enchastrarse de ahora y...
A veces lo logra, porque es mía, es
Mi mugre, mi cruz, mi defecto.
O simplemente, él límite de tu paciencia.

lunes, marzo 5

Hinchazón ocular

Hace un tiempo, una amiga, Melani, en una de nuestras maravillosas jornadas fotográficas y veladas desveladísimas, me presentó un poema del gran Oliverio Girondo, quien le escribe a la lágrima, al llorar, al desahogo, refiríendose, creo yo, a la multlipicidad de formas y una única razón de ser... extirparnos la tristeza del modo más lento... gota a gota.

LLORAR A LÁGRIMA VIVA...
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo.


Hoy tengo ganas de que mis pocos lectores lo conozcan, porque si hay algún poema que me describa, es este que libera el tan prejuzgado acto de llorar, que después de todo, es algo que todos hacemos, más en serio, más en broma, por mejores o peores motivos, porque sí, o porque todo, diariamente, mensual, cada lustros, décadas, a cada minuto, o un par de veces en la vida. La cuestión es que llorar es algo tan natural como comer o dormir, y como me siento la más llorona de todas hoy lo quiero decir con orgullo, porque si bien llorar cuando peleamos, Eze, es humillante, a veces te conmuevo y te saco bueno, y lloro porque me hace bien, porque me alivia todos los pesares y me ayuda a cargar con las alegrías, a veces, también.


y Moria dijo: SI QUERÉS LLORAR.... LLORÁ!!!!!






(y yo me lo tomé enserio)

domingo, marzo 4

¿Quién quiere más febreros?

Durante.
Durante el espejismo,
extraordinarias fotografías
del instante feliz:
Pasión. Amor. Besos. Abrazos.
Durante, o antes.
Tronador el realismo.
Profeta maldito el realismo.
¿Por qué nos diste
trágica acidez de verdad?
Ojos rojos, apetito ausente ahora.
Garganta seca,
alcohólico intento de hidratación,
tal vez.

Deshidratación ocular.
Salada mi pena.
Recordar las fotografías.
Reír y llorar la magia bisabuela ya
de nietos Miedos, Inseguridades y Desamparo.

¿El instante feliz? En la venta
de antigüedades.
Y el paciente impacientado
se enferma de cura,
entre la extremaunción y el alta,
entre el anillo y el despido,
entre el beso y el olvido,
entre el abrazo y el escupido
saco de verdades dulces
y mentiras podridas.
Putrefacto sentimiento el luego.

Ni tan pasado este arroz ni tan crudo, está a punto.
Cenamos ahora
o nos devora el infierno surrealista,
y desnutrida el alma,
desengorda la panza,
y el sahumerio se apaga junto a la vela,
y nadie hace la cama,
ni barre, ni ventila la casa.
Y las ratas se acuestan a anidar,
entre mis sueños estallados,
y mi sonrisa hoy leyenda
más de ayer que de esta mañana.
Hundido el consuelo de la indiferencia.
Hurtados los tres hijos, el patio y el marido.
Sin mano en el hombro,
sin beso en aquel bembo,
sin 9 de marzo, y por ende…
¿quién quiere más febreros?